Sonrisas, alegría, colores en las mejillas, carcajadas que salen abiertamente desde lo mas profundo de tu ser, lo mas profundo... si. Pero, ¿que hay en verdad ahí abajo?¿que se encuentra detrás de toda esa alegría de vivir que siempre demuestras? lluvia, niebla, un perfecto ambiente de soledad romántica, la ciudad de Nueva York en noche de tormenta, un caro ático desde el que ver la lluvia caer junto a los rayos, en tu seguro refugio de paredes de cristal antibalas y una pequeña chimenea; mientras tanto, un solo pensamiento recorre tu mente, una y otra vez, mientras observas el agua caer, fuerte, fría, cayendo sobre tu alma.
No quiero perderte, no quiero perderte, no quiero perderte
al principio era un fuego que consumía, no creíamos que nos hubiéramos encontrado, era todo arcoiris vomitables y pasión desenfrenada. después llegamos al termino medio, pero de ahí hemos pasado al otro extremo.
El dios del amor teme al amor, pues el es quien mejor sabe el mal que puede causar, y nadie quiere ese mal para el mismo, esas flechas siempre tienen un doble filo, desgarran el corazón, lo dejan abierto y vulnerable, tanto para las corrientes cálidas como para las frías, tanto para rellenarlo como para dejarlo vació.